lunes, septiembre 07, 2009

¡MENUDA EXCURSIONCITA!








Se me ocurrió apuntarme a la excursión que improvisó David por el bosque. Pedro encantado de la vida, se puede coger de la mano con David, parecen casi hechos a medida...y por allí andaba yo entre estos dos hombres dispuestos a "desestresarse" un poco de Aniak buscando castores. Parecía divertido aunque eso de adentrarme en el bosque no era mi mejor opción.

¡Qué carajo!, esto pasa sólo una vez en la vida ¿no?, así que allá que me fui y una vez en camino no había ya marcha atrás, salvo que quisiera regresar solita, y teniendo en cuenta la cantidad de fauna que habita los bosques de Alaska, pues, como que volver sólo conmigo misma iba a ser que no.

Armaditos hasta los dientes "sólo por si las moscas", con Randi cerquita para alertarnos de posibles visitantes sorpresa como alces, osos, linces, lobos y demás fauna del terreno, nos adentramos en el bosque.

Para empezar yo iba calladita, cuando lo recomendable en estos casos es dar la vara y hacer ruido para que los osos sepan que andamos por ahí y no haya sorpresas inesperadas por ambas partes. Pero, si soy sincera, andaba tan pendiente de cada pequeño sonido que estaba muda con tanto susto encima, y preguntándome cada dos minutos: "¿qué hago yo aquí?", porque o estoy como una regadera, o soy un poco masoca, o me mata la curiosidad, el caso es que me apunto a un bombardeo con todo el miedo del mundo incluido y ¡hala!,¡que me quiten lo bailao!.

Ahora, sabiendo que el final fue más que feliz lo cuento tan contenta, pero vivirlo te hace sentir muy viva, precisamente, y supongo que al final debe de tratarse de eso.

Adjunto video para que veais lo que impresionan los sonidos de la naturaleza en un sitio así. Mereció la pena.

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